Dejamos Barcelona y su frío húmedo para viajar a Ibiza, isla mítica de los marchosos del verano. Llegamos y nos encontramos un cielo resplandeciente, y eso que estamos en pleno invierno. Efectivamente, en Ibiza, el sol es residente permanente, y acaricia la isla trescientos días al año.

Llegando al centro de Ibiza, el ambiente de pueblo se hace notar: el paseo Vara de Rey, arteria central de la ciudad, se parece a esas plazas donde la gente mayor se reúne y comenta el día.

Paseo Vara de Rey / © Sonia Zaghbani

Paseo Vara de Rey / © Sonia Zaghbani

Nos ponemos a pensar cómo debe ser esta misma calle en pleno verano y, Mónica, gerente de un bar vecino, nos explica que, en plena temporada, Ibiza deja de pertenecer a sus habitantes. En cambio, en invierno predomina la tranquilidad, cosa que facilita acercarse al alma verdadera de la isla.

Iglesia de Santa Gestrudis en Santa Eulalia © Sonia Zaghbani

Iglesia de Santa Gestrudis en Santa Eulalia © Sonia Zaghbani

La gastronomía ibicenca o cómo ponerle magia a la cocina casera

Por la tarde, se abre el apetito. No obstante, desconocemos completamente la gastronomía ibicenca, así que nuestras papilas gustativas se preparan para descubrir un montón de sorpresas. Herencia de una cultura de campo y de economía de supervivencia, la gastronomía local se desarrolló integrando los contrastes topográficos que ofrece la isla: mar y montaña se mezclan en la carta de platos típicos.

Por un lado, los payeses tenían corderos, cerdos y verduras, que constituían la base de su alimentación.

Por el otro, en la costa los pescadores dependían directamente de los recursos del mar. Para sumergirnos más en este mundo hemos quedado al atardecer con Juan, el dueño de Can Alfredo, un restaurante emblemático de Ibiza.

Can Alfredo, una institución de la gastronomía en Ibiza

Empezando por su historia, este restaurante es peculiar. Pertenecía originalmente a una familia de judíos alemanes, que lo adquirió en el año 1934. En esa época, la Guerra Civil española les forzó a escaparse.

Es cuando el padre de Juan, ibicenco de sangre, retomó el negocio. Guardó el nombre original pero impulsó la identidad de la gastronomía local y casera. La regla de oro, que desde entonces sigue intacta, consiste en que todo lo que se coma en Can Alfredo, provenga de la isla. Y es así desde el año 1941.

El retrato del abuelo se lo recuerda cada día a Juan y a su mujer Catalina (la guardiana de la cocina). Desde el aceite, con denominación de origen y producido en la bodega vecina Can Rich, hasta las verduras, la carne y el pescado, todos los productos son 100% locales, incluso el vino (tienen una reserva especial de la casa, una maravilla en boca).

Entre otras cosas se ofrecen más de 10 variedades de arroz. Las especialidades ancestrales de la isla son los reyes de la carta. Siempre acompañadas de su condimento imprescindible: el ajillo.

Bullit de Peix de Can Alfredo © Sonia Zaghbani

Bullit de Peix de Can Alfredo © Sonia Zaghbani

El bullit de peix (cazuela de pescados) consiste en una composición de pescados locales hervidos, servidos con patatas y judías. Es un plato para dos, que puede saciar a cuatro en realidad. La originalidad es que el mismo caldo se utiliza para elaborar un arroz a banda con sepia, que en realidad es la segunda parte del bullit de peix.

Para las fiestas, en Can Alfredo no falta tradición. En su carta propone el postre estrella de la isla, la Salsa de Nadal, que es una mezcla de caldos de pollo y cordero, con miel, azafrán y almendras dando lugar a una mezcla de dulce/salado muy típica.

Tostadas de pimiento asado con pescado seco de Formentera

Tostadas de pimiento asado con pescado seco de Formentera © Sonia Zaghbani

Aunque su gastronomía sea 100% tradicional, Cathy y Juan no paran de innovar e integrar novedades a la carta. Una de las de este año es la creación de unas tostadas de pescado seco con mermelada de pimientos asados.

Estos pescados provienen exclusivamente de Formentera. Como reconocimiento a la dura labor de defender la gastronomía local, el restaurante Can Alfredo fue premiado en 2010 con la medalla de oro del Consell de Eïvissa.

Los vinos ibicencos, cada vez más reconocidos

El vino es una tradición secular en Ibiza; los payeses tenían como costumbre fabricar su propio elixir en casa, pero entonces les faltaba la técnica y los vinos se picaban rápidamente. Juan Bonet Riera fue de los pioneros en revolucionar la cultura del vino en la isla.

Apostó por la calidad y en el año 2003 creó la primera bodega local, Sa Cova. Inicialmente los vinos de bodega se confundían con los vinos caseros, comparación que les hizo mucho daño. Pero con el tiempo, Sa Cova y las otras bodegas contribuyeron a darle al vino ibicenco un nombre más allá de sus fronteras.

Izquieda, vino blanco de la bodega Sa Cova y cielo ibicenco. Derecha, carta de vinos tintos de Sa Cova

Izquieda, vino blanco de la bodega Sa Cova y cielo ibicenco. Derecha, carta de vinos tintos de Sa Cova © Sonia Zaghbani

Ubicada en pleno campo, cerca del pueblo de Sant Andreu, la bodega ofrece un panorama sobre las tierras ibicencas: viñas, naranjos y olivos…Aquí se elaboran el tinto a base de uva Monastrell y el blanco con Moscatell. Son vinos de la casa, ¡y sin productos químicos!

Los vinos de Juan mezclan sabores dulces y suaves, a imagen y semejanza de la isla. Actualmente, el 80% de su producción es para el consumo local aunque cada vez se vende más en el extranjero. Juan, como otros dueños de bodegas, empieza a presentar vinos ibicencos en ferias.

Después de esta interesante historia Juan nos tiene que dejar, se dirige a la feria del campo donde el Monastrell ha sido el vino elegido para acompañar al plato del cordero.

Mermeladas ibicencas

Mermeladas ibicencas © Sonia Zaghbani

Nosotros, por nuestro lado, decidimos visitar esa feria para acabar el día. Mermeladas, miel, agricultura biológica, coca…Ibiza regala una cesta de productos locales de excelente calidad.

Dormir a la sombra de los naranjos, en una burbuja de paz…

Cuando descubres una isla como Ibiza puedes experimentar el lujo de “poseer” por un tiempo un rincón de este paraíso. Can Curreu es de esos sitios donde predomina esta sensación. El propietario nativo, Vicente Marí, reformó esta finca familiar con mucho gusto, y cada una de las once suites del hotel tiene su propia personalidad.

Desde la arquitectura interior hasta la decoración, todos los detalles son únicos en cada espacio. Cada suite está pensada como una casa, para que el huésped tenga la impresión de estar en su hogar desde que llega hasta que se marcha.

Anochecer en Can Curreu © Can Curreu

Anochecer en Can Curreu © Can Curreu

Además, la historia del edificio se impone de forma contundente, fluye por las paredes de esta masía del siglo diecisiete. El espíritu original sigue intacto. En Can Curreu se practica el agroturismo: tomates, pimientos y naranjas se cultivan en sus tierras.

El restaurante del hotel los utiliza en la carta que propone a sus clientes. Y en las habitaciones, el detalle que viene a coronar la elegancia del ambiente es el zumo de naranja que proviene de los mismos naranjos que rodean la propiedad.

Es el fruto del agroturismo, que permite saborear los productos de la tierra ibicenca, disfrutando al mismo tiempo del paisaje. Lujo en estado puro…Para nuestro segundo día en Ibiza, nos disponemos a visitar un poco la costa y aprovechar las playas que han dado fama a este lugar.

Ibiza: playas, calas y leyendas…

Inspirando su nombre en la salina vecina, la playa de las Salinas es el enclave favorito de los famosos en verano. Zona densamente turística, se encuentra en el extremo sur de la isla, y atrae a todos los que desean bañarse en aguas templadas y transparentes.

Playa ibicenca © Sonia Zaghbani

Playa ibicenca © Sonia Zaghbani

Sin embargo, cuando se levanta el viento, las Salinas revelan su faceta más salvaje y auténtica. Dunas, árboles, y olas fuertes se imponen, pero sus aguas siguen totalmente transparentes.

Izquierda, playa de las Salinas con posidonia occidental. Derecha, cala ibicenca © Sonia Zaghbani

Izquierda, playa de las Salinas con posidonia occidental. Derecha, cala ibicenca © Sonia Zaghbani

Quizás gracias a la posidonia occidental, que crece aquí de forma abundante. Esta alga purifica el agua produciendo oxígeno, y frena el avance de las dunas. Es como si Ibiza hubiera sido bendecida para poder preservar su belleza única.

Leyendas playeras…

Un enigma todavía no resuelto, y que permite mantener un poco más el misterio de esta isla encantadora…Podría resumir Ibiza en cuatro palabras: contraste, música, intimidad y libertad. 

Guía práctica de Ibiza

¿Cómo llegar de Ibiza?

La línea aérea Vueling tiene vuelos directos a Ibiza desde Alicante, Amsterdam, Barcelona, Bilbao, Madrid, Milán, París, Roma, Sevilla, Toulouse y Valencia.

Más información en:
www.vueling.com
http://www.facebook.com/Vueling

¿Dónde dormir en Ibiza?

Can Curreu
Ctra. San Carlos Km. 12
07850 San Carlos
Ibiza
Tel. 971 33 52 80
Fax. 971 33 52 80
www.cancurreu.com

¿Dónde comer en Ibiza?

Can Alfredo
Paseo Vara de Rey 16
07800 Ibiza
Tel. 971 311 274
www.canalfredo.com

Más información en: Ibiza.travel

Autor: Sonia Zaghbani

Más información sobre Baleares en la web: FORMENTERA, un lugar donde perderse todo el año /POLLENÇA, paraíso turístico en MALLORCA

Alojamiento en Ibiza

 

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